En un hecho simbólico e histórico, Rafael Caro Quintero fue arrestado con las mismas esposas que pertenecieron a Enrique “Kiki” Camarena, el agente de la DEA asesinado en 1985.
Las esposas fueron entregadas por el hijo de Camarena, quien ahora es juez, cerrando un capítulo importante en la lucha contra el crimen organizado.





