La niña es originaria de una comunidad indígena de Santa Catarina, donde este tipo de actos, argumentan, son parte de sus usos y costumbres.
No obstante, el hecho fue denunciado ante autoridades, debido a que el embarazo en adolescentes está penado por la ley.
Por fortuna ambas menores, la madre y la bebé se encuentran en buenas condiciones de salud.




